jueves, 12 de agosto de 2010

LA CUESTIÓN ESCOLAR

1. Dimensiones de una crisis y diversidad de perspectivas

En el texto se habla de una crisis de la escuela, de una crisis que se encuentra en todos los niveles de la educación desde el más elemental hasta el más avanzado. Siempre se dice y se cuestiona que hay “algo que no funciona”, que año tras año los problemas son mayores, las contradicciones se acumulan, hay dificultades de todo tipo.

La escuela actual según Palacios, es entendida cómo el conjunto de instituciones y niveles de enseñanza, a la cual los diversos ministerios de educación de todos los países se esfuerzan por renovar los edificios, dándole unas bases más sólidas y en remendar sus desperfectos. ¿Y la enseñanza cuándo?, por ello viene el comentario del autor “la escuela dificulta a veces, en lugar de facilitar el aprendizaje”.

La situación se hace a veces más confusa para los que están inmersos en ella: planes y programas de estudio que se superponen, por ejemplo, el plan de estudios 2009 de educación básica, condiciones de trabajo nefastas (ej. U.S.A.E.R.), falta de espacio y material, burocratismo de la organización y de las relaciones, medios económicos insuficientes (y mal utilizados los pocos que brindan).

El autor también nos hace referencia a que la crisis de la escuela no es de ahorita, ni mucho menos de unos años atrás, sino de muchos años atrás de la Segunda Guerra Mundial.

Para poder explicar bien las críticas que hacen los diferentes autores, Palacios hace el análisis en base a cuatro grupos: el primero lo llama “grupo natural”: perteneciente a la corriente de la Escuela Nueva, Nacida, en el último tercio del siglo XIX, estos autores buscaban en la reforma de la educación la transformación de la sociedad. Adoptaron una perspectiva metodológica; en donde proponen cambios metodológicos, a través de métodos activos, en donde el punto de partida son los intereses del niño adaptando a ellos los contenidos y los métodos.

El segundo grupo de autores no pertenece a una escuela, por lo tanto no es un grupo natural, sin embargo, todos ellos están unidos por una misma opción fundamental: su oposición al autoritarismo escolar, a los métodos autoritarios, por lo tanto, su defensa de la libertad del niño, frente al educador y la institución escolar. Su perspectiva tiene como eje fundamental: la libertad del niño y del grupo donde el niño ésta integrado. La escuela debe de tener una función terapéutica o al menos higiénica, en donde estas funciones son impensables si la escuela toma el papel de directivista y autoritaria, dice Palacios. Éste grupo de autores defiende la educación como principio, como medio y fin: la educación debe basarse en la libertad, debe realizarse en la libertad y debe tender a la libertad del individuo.

El tercer grupo de autores, pertenece a una escuela y es un grupo natural, ésta constituido por autores marxistas que, se han ocupado del problema de la escuela. Su perspectiva es fundamentalmente sociopolítica y una de sus mayores preocupaciones hace referencia al papel que la sociedad asigna a la escuela, a la función social que ésta cumple. Estos autores están interesados en poner de manifiesto cómo la crisis escolar es reflejo de una crisis sociológica más profunda, en definitiva el funcionamiento de la escuela es un reflejo de la sociedad que la ha hecho nacer y desarrollarse.

Por último Palacios dice, que para ponerlo de manifiesto y para evidenciar que los problemas son distintos si se analizan en un tipo de sociedad o en otro diferente, comenta que entonces debemos de analizar a los países de América Latina.



2. Algo sobre la escuela Tradicional

Situémonos en el siglo XVII. Los colegios – internados de aquellos tiempos fueron los de los jesuitas, los cuales tenían la finalidad de ofrecer a la juventud una vida metódica en su interior, lejos de las turbulencias y problemas de la época y de la edad. Snyders dice que el objetivo del internado era el de instaurar un universo pedagógico, sólo pedagógico, que estará marcado por dos rasgos esenciales: separación del mundo y, vigilancia constante, ininterrumpida, del alumno.

La vida externa la consideraban peligrosa, temida, como una fuente de tentaciones; es necesario por tanto, aislar la vida del internado de la del mundo. El fin de la educación que perseguía el internado en cuanto a los contenidos de enseñanza tenían la característica de retornar a los a los alumnos a la antigüedad, y así hacer la separación del mundo y lograr la oposición a él. La culminación de ésta educación en el internado era el dominio del arte de la retórica, en la que estaba basada todo el plan de estudios.

Snyders, “la vida del internado se desarrolla en un mundo ficticio que es una lección moral permanente en la que los ideales de la antigüedad lo llenan todo. En donde las materias relativas al mundo en donde entraba en contacto el niño con la naturaleza y la vida ocupan un lugar restringido” .

La lengua escolar era el latín, las clases se desarrollaban en latín y así debían hablar en el receso; Jouvency, hablar la lengua materna era un grave pecado. Mesnard, “el fin que los jesuitas se proponen es lanzar, a la salida del colegio, unos jóvenes cultivados que posean a fondo lo que Montaigne y Pascal llaman “el arte de disertar”, es decir, capaces de sostener en una sociedad una plática brillante y concisa acerca de todos los temas relativos a la condición humana, y todo ello para provecho de la vida social y como defensa e ilustración de la vida cristiana” .

Palacios, un eficaz sistema competitivo entre los niños del internado jesuita mantenía la exigencia y el esfuerzo; cada clase estaba divida en dos fracciones: romanos y cartagineses; cada fracción en: magistrados, decuriones, etc.; a cada elemento de cada fracción le correspondía uno de igual fuerza en la contraria (los émulos) eran adversarios oficiales y debían poner de manifiesto las faltas e inexactitudes de su oponente. De esta forma a través de la emulación, estimulaban el trabajo de los alumnos, deseosos de vencer a su contrincante para ascender de categoría.

El padre Ravier: “el honor deseado y conquistado dentro de las perspectivas cristianas de caridad y de humildad es el gran resorte de la pedagogía jesuita”. El papel que el maestro estaba centrado a organizar la vida y las actividades, quien vela por el cumplimiento de las reglas y formas, quien resuelve los problemas que se plantean: el maestro es quien reina de manera exclusiva.

En el mismo siglo XVII, Comenio intenta la reforma y el cambio, al poner los intentos de la reforma pedagógica publicando en 1657, su Didáctica Magna o Tratado del arte universal de enseñar todo a todos.

Comenio, la escuela tradicional significa por encima de todo método y orden. Ratichius, no estudiar más de una cosa a la vez y no trabajar más de un tema al día y los resultados serán los mejores. La tarea del maestro es la base y condición del éxito de la educación; le corresponde organizar el conocimiento, elaborar la materia que ha de ser aprendida, trazar el camino y llevar a sus alumnos por él.

Snyders, el maestro prepara y dirige los ejercicios para desarrollarlos en una distribución fija y gradual. Adaptando el conocimiento a la edad y fuerza de los niños.

La noción de programa y el empleo racional y metódico se hayan en primer plano. El manual escolar es la expresión de ésta organización orden y programación; en él se encuentra graduado y elaborado todo lo que el niño tiene que aprender. El método de enseñanza es el mismo para todos los niños, el repaso es fundamental, entendido como repetición exacta y minuciosa de lo que el maestro acaba de decir.

La escuela se constituye así en un mundo aparte, se recomendaba que las escuelas se establecieran en lugares tranquilos, alejados del estrés y de las distracciones de la vida cotidiana.

Ratichius y Comenio, en primer lugar postulan una escuela única, exigen la escolarización a cargo del Estado, de todos los niños, sean pobres o ricos, dotados o deficientes. En segundo lugar, se oponen a que los niños aprendan a leer en latín y no en la lengua materna; uno y otro exigen que las primeras frases que el niño lea y los primeros conocimientos que adquiera estén enunciados en la lengua del niño y que se apliquen a objetos que le sean familiares y no a ejemplos sacados de grandes autores.

Según Snyders, <el fundamento de la educación tradicional es la ambición de conducir al alumno al contacto con las mayores realizaciones de la humanidad: obras maestras de la literatura y el arte, razonamientos y demostraciones plenamente elaborados, adquisiciones científicas logradas por los métodos más seguros>

En el coloquio celebrado en Sévres en 1968, se defendía el principio de la importancia de los modelos: pongamos a los jóvenes ante hombres, ante grandes artistas; esperemos entonces que ellos escuchen sus voces y reconozcan sus dificultades y quizá así desearán ellos mismos llegar hasta el fondo de sí mismos. Durkheim defiende que educar es confrontar a alumno con las grandes ideas morales de su tiempo y su país; Alain quiere confrontar a sus alumnos con la majestad de los teoremas y con loa poesía más elevada, homero y Tales, con los tesoros de los políticos, los moralistas y los pensadores; Chateau concibe igualmente la educación como la relación con los maestros de la civilización universal, con los hombres escogidos. Educar, es para ellos elegir y proponer modelos a los alumnos con claridad y perfección. El alumno debe someterse a estos modelos, limitarlos sujetarse a ellos; decía Alain que el único método para inventar era imitar y ese es papel del alumno.

La función del maestro es ser un mediador entre los modelos y el niño; ya que simplifica, prepara, organiza y ordena. El objetivo de ordenar, ajustar y regular la inteligencia de los niños, ayudarlos a disponer de sus posibilidades. Los ejercicios escolares (ortografía, matemáticas, etc.) pretenden hacer adquirir a los alumnos unas disposiciones físicas e intelectuales que faciliten su contacto con los modelos.

La mejor forma de preparar al niño para la vida según la filosofía de la escuela tradicional, es formar su inteligencia, su capacidad de resolver problemas, sus posibilidades de atención y de esfuerzo.

La escuela prepara para la vida dando la espalda a la vida; la escuela debe estar felizmente cerrada al mundo; la escuela no es una prisión, es una ciudadela.

LA TRADICION RENOVADORA

La escuela tradicional también necesitaba reajuste por ello Snyders, Durkheim, Alain y Chateau creían que la educación debía someterse a modelos e imitaciones.

Pero en este modelo el maestro seguía siendo distante según Alain “Insensible a las gentilezas del corazón”

A partir de que comenzaron a haber estudios acerca de la psicología infantil nuevas pedagogías impulsaban la revolución copernicana de la educación.

Las reformas de enseñanza se han dado como producto de las guerras, la escuela nueva surge a partir de la guerra en donde a partir de esta se buscaba formar individuos para la paz, comprensión y amor.

La educación nueva surge también como una reacción a la actitud especulativa del idealismo y positivismo filosóficos y sobre todo, por reacción a la educación tradicional según Snyders “históricamente la educación nueva encuentra su punto de partida en las decepciones y las lagunas que aparecen como características de la educación tradicional”.

La escuela nueva se llevada a enfatizar la significación, el valor y dignidad de la infancia, a centrarse en los intereses espontáneos del niño a potenciar su actividad, libertad y autonomía.

La actitud de la escuela nueva respecto al niño. El conocimiento del desarrollo del niño aportaba no solo datos sino también una nueva concepción de lo que es el niño.

Trang-thong “La organización de la educación pone en juego por una parte, las necesidades de la sociedad y por otro las exigencias del niño y su desarrollo”.

La relación maestro-alumno de la escuela nueva. El maestro es auxiliar del libre y espontaneo desarrollo del niño.

El nuevo contenido de la enseñanza. Se deben de enseñar cosas útiles y que estén de acuerdo a su necesidad e interés, tomando en cuenta el contexto social del alumno, ya que muchos autores creían que el aprendizaje tenía lugar fuera del aula, en la vida.

Rousseau con su libro el Emilio estaba haciendo contrapié a los métodos jesuitas, ya que comentaba que había que formar nuevos hombres para una nueva sociedad; de esta manera el autor fue un gran precursor del respeto al niño en toda su naturaleza. Supo ver que el desarrollo del niño pasa de edad en edad por estadios sucesivos.

Hizo hincapié que para educar a un niño debemos conocer sus características, necesidades e intereses de lo contrario el niño se verá aburrido y no pondrá en juego sus posibilidades ni su atención, así habrá pocos resultados.

Las lecciones que los alumnos aprenden en el patio o en el exterior del aula son 100 veces más útiles que las que se enseñan en clases.

Rousseau cree que es tanta la ignorancia que se tiene sobre los niños que la edad de la alegría se pasa entre llantos, castigos, amenazas y esclavitud.

Contra la educación verbalista y libresca. Las palabras son de gran importancia para la educación pero muchas veces estas carecen de sentido para él. El autor menciona que los libros son aborrecibles y el niño debe de leer cuando le interese y le sea útil de otra manera la lectura no le transmite nada

La nueva pedagogía y una nueva filosofía de la educación. Los principales postulados de la nueva actitud sostenida por Rousseau son: la educación debe centrarse más en el niño y menos en el adulto; estimular el deseo de aprender y que debe enseñarse al niño y cuando debe enseñársele.

La educación para la libertad. Rousseau “el más valioso de todos los bienes no es la autoridad, sino la libertad; si al niño se le deja que haga lo que quiere, acabara por no hacer sino lo que debe”.

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